martes, 15 de octubre de 2013

Acertijo (William Kennedy)

-No puedo soportar los finales tristes. ¿Por qué crees que ahora estoy pensando en diversión? Pero, de todos modos, ya no pienso en un silogismo sino en un acertijo.
Irma se fue al fondo de la habitación y se puso a buscar por los rincones encendiendo cerillas, para ver si quedaba algo.
-Nada en absoluto -dijo.
-No. Nada -dijo Rosenthal.
Irma abrió el armario y vio que no quedaba ni el polvo.
-No hay polvo. ¿Por que creéis que se lo habrán llevado?
-Es que lo aprovechan todo -dijo Rosenthal.
-Mi acertijo resultará ser un desafío para toda la gente del Gremio como vosotros. Yo conozco el sonido de una palmada, pero ¿cuál es el fruto del árbol de la diversión?
Irma se sentó en el suelo, mirando fijamente a Bailey. Bailey estaba sentado en el lugar que ocupara el mimeógrafo. Irma miró encima de su cabeza a un punto de la pared iluminado por la luz de la calle.
-Vaya -dijo- Se han llevado el letrero.
Todos miraron hacia donde antes estaba el letrero de PROHIBIDO SENTARSE AQUÍ. Cuando se hubieron saturado de pared vacía, se miraron otra vez unos a otros. Después de un largo silencio, se levantaron y salieron del local.



Acertijo (William Kennedy)_______________________________________________________________________

El camión de la tinta 
William Kennedy (Albany -New York- , 16 de enero de 1928)

"Me gustaría que la literatura norteamericana tuviera la vitalidad de la literatura latinoamericana; los ojos, como los tiene: esta última, puestos en lo que sucede alrededor, en la sociedad, en el mundo, y no sólo en sí mismos". Y ésta ha sido la nueva mirada que ha aportado William Kennedy. Sus novelas, desde O'Albany, Legs e Ink truck (Camión de tinta) hasta Tallo de hierro y Billy Phelan's greatest game, se desarrollan en torno a personajes marginales en una ciudad que los empuja a esa vida, sin encasillarla en la novela social.
Para Kennedy, los muertos son seres con los que uno sigue viviendo. Revivir y reconstruir el pasado con sus personajes es una de sus principales preocupaciones.
Fietta Jarque [El Pais]

No hay comentarios:

Publicar un comentario