viernes, 10 de enero de 2014

Pasaporte (Antonio Tabucchi)

Dejó su artículo al señor Pedro y salió. Se sentía agotado y tenía la tripa alborotada. Pensó en detenerse a comer un bocadillo en el café de la esquina, pero sólo pidió una limonada. Luego cogió un taxi y se hizo llevar hasta la catedral. Entró en casa con cautela, con el temor de que alguien le estuviera esperando. Pero no había nadie, sólo un gran silencio. Fue al dormitorio y echó una mirada a la sábana que cubría el cuerpo de Monteiro Rossi. Después cogió una pequeña maleta, puso lo estrictamente necesario y la carpeta de las necrológicas. Fue a la estantería y empezó a hojear los pasaportes de Monteiro Rossi. Finalmente encontró uno apropiado para el caso. Era un buen pasaporte francés, muy bien hecho, la fotografía era de un hombre grueso con bolsas bajo los ojos, y la edad se correspondía con la suya. Se llamaba Baudin, François Baudin. Le pareció un buen nombre, a Pereira. Lo metió en la maleta y cogió el retrato de su esposa. Te llevaré conmigo, le dijo, será mejor que vengas conmigo. Lo puso con la cara hacia arriba, para que respirara mejor. Después echó una mirada a su alrededor y consultó el reloj.
Era mejor darse prisa, el Lisboa saldría dentro de poco y no había tiempo que perder, sostiene Pereira.


Pasaporte (Antonio Tabucchi)  ____________________________________________________________________________

Sostiene Pereira
Antonio Tabucchi (Pisa, 24 de septiembre de 1943 - Lisboa, 25 de marzo de 2012)

Editorial Anagrama, 1995

 
Lisboa, 1938. En una Europa recorrida por el fantasma de los totalitarismos, Pereira, un periodista dedicado durante toda su vida a la sección de sucesos, recibe el encargo de dirigir la página cultural de un mediocre periódico. Pereira tiene un sentido un tanto fúnebre de la cultura y prefiere la literatura del pasado. Necesitado de un colaborador, contacta con el joven Monteiro Rossi. Y la intensa relación que se establece entre el viejo periodista, Monteiro y su novia Marta cristalizara en una crisis personal, una maduración interior y una dolorosa toma de conciencia que transformara profundamente la vida de Pereira.

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