Vamos
a intentar una explicación de la razón que motiva esa hostilidad hacia
el arte nuevo, tratando de suavizarla en lo que sea posible.
Al
chocar nuestra sensibilidad con la obra artística -de cualquiera de las
bellas artes- nuestra reacción está condicionada por prejuicios. Somos
herederos involuntarios de esos prejuicios que nos colocan ante el
poema, el cuadro o la composición musical de nuestros contemporáneos, en
una actitud de reserva hostil. El juicio previo -prejuicio- nos impele a
comprobar en la obra que se ofrece a nuestros ojos o nuestros oídos,
los principios que lo constituyen. Si éstos no coinciden con la obra,
optamos por rechazarla y continuamos aferrados al prejuicio, víctimas de
su gran fuerza en nuestra infinita debilidad.
La
pintura del siglo XX es tal vez la manifestación de arte que más
vulgarmente padece este menosprecio de los que viven prisioneros de los
esquemas tradicionales, de los prejuicios acumulados. "¿Por qué pinta
ese pintor una silla que no es como la silla en que me siento? ¿Por qué
llama a ese cuadro Boceto de Interior? ¿Qué Interior? Yo no lo veo por
ninguna parte." Interrogaciones de este cariz colocan al espectador en
una posición hostil. Se cierra intelectualmente el paso hacia el goce
estético, que sólo será logrado cuando se despoje de prejuicios y abra
los ojos para ver.
Hagamos
un breve recorrido histórico para señalar los puntos esenciales en la
evolución de la pintura desde el Renacimiento hasta nuestros días. Nos
servirá de pauta para comprender la acumulación de ideas y creencias que
poseemos. Comprendiéndolas en su verdadero valor habremos ganado mucho
terreno hacia el aprecio del arte de hoy. Sólo después de pasar
detenidamente por entre todos los árboles, y colocándonos fuera de
ellos, a distancia, es que podremos ver el bosque en toda su belleza.
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La pintura del siglo XX
Esteban Vicente (Turégano, Segovia, 20 de enero de 1903 - Nueva York, 11 de enero de 2001)
Esteban Vicente (Turégano, Segovia, 20 de enero de 1903 - Nueva York, 11 de enero de 2001)
Museo
Esteban Vicente, 2001
A finales de los años cuarenta se fragua lo que se ha dado en llamar la
Escuela de Nueva York, un grupo de artistas que practicaban una pintura
abstracta, expresionista, cromática y dinámica. Aunque cada uno de ellos
poseía una fuerte personalidad individualista, los críticos, por medio
de la selección de obras en exposiciones colectivas, lograron que
emergieran de sus cuadros unas características que, a pesar de sus
sensibles diferencias, hoy les hace reconocibles como grupo. El
segoviano Esteban Vicente (Turégano, 1903- Long Island, 2001), que en
1936 se había exiliado a Nueva York, no sólo comparte las
características de los expresionistas abstractos norteamericanos sino
que participa en algunas de esas exposiciones en las que se fragua la
"Escuela", tales como New Talents 1950 y 9th Street. A
pesar del éxito que obtuvo su trabajo en la capital del arte moderno,
su obra no empezó a ser conocida en España hasta finales de los años
ochenta.
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